En Guatapé, la inclusión ya no es solo una intención: es una realidad que se construye con acciones concretas. Gracias a un convenio entre la Fundación Rodrigo Arroyave y la Administración Municipal, el personal del Centro de Desarrollo Infantil Caritas Alegres está recibiendo formación especializada para acompañar con mayor conocimiento y empatía a los niños, niñas y adolescentes con trastornos del espectro autista y otras condiciones neurodivergentes.
Liliana Henao, trabajadora social del CDI, destaca la importancia de este proceso:
“Básicamente lo que ellos buscan es apuntarle a procesos de educación inclusiva y que también se genere en los padres de familia y en los docentes todos los conocimientos necesarios para que sean ellos los que apoyen y acompañen los procesos de aprendizaje”.
Esta capacitación no solo ha sido dirigida a las docentes, sino a todo el talento humano del CDI, incluyendo personal de apoyo, con el fin de garantizar un entorno verdaderamente inclusivo. Hasta la fecha, se han realizado dos encuentros formativos, el más reciente el pasado 18 de julio, con la profesional Eliana Saldarriaga, quien lidera el acompañamiento desde la Fundación.
Durante estos encuentros, se han abordado temas clave como la desmitificación de creencias erróneas sobre el autismo, la identificación temprana de señales de alerta y la importancia de una intervención oportuna.

“Nos brindaron herramientas básicas de conocimiento sobre comportamientos típicos y frecuentes de los niños con trastorno del espectro autista… Esto permite brindar una intervención más pronta y adecuada, y sabemos que eso incide directamente en la calidad de vida que esa persona puede llegar a tener”, agregó Liliana Henao.
Además del proceso formativo, la Fundación Rodrigo Arroyave realiza un acompañamiento directo en el aula con profesionales en psicología y educación especial, dos veces por semana. Actualmente, siete niños del CDI reciben este apoyo. También se cuenta con profesionales en fonoaudiología, terapia ocupacional y otros servicios que se activan según las necesidades detectadas.
Daniela Hincapié Acevedo, coordinadora del CDI en modalidad familiar, resalta el impacto positivo de estas formaciones:
“Me parece fundamental porque considero que es muy importante no solamente para los docentes sino para todo el talento humano… desde las personas que están en servicios generales hasta los profes que están directamente en las aulas. Todos somos parte del proceso de inclusión”.
Este trabajo articulado refleja un compromiso profundo con la equidad desde la primera infancia, y demuestra que la inclusión no es solo abrir puertas, sino también adaptar los espacios con respeto, conocimiento y sensibilidad.
En palabras del propio equipo del CDI:
“Una educación que entiende, cuida y dignifica, transforma realidades desde el primer paso”.
