Con recetas creativas, mucha imaginación y el ingrediente estrella: la lechuga, los niños y niñas del CDI Caritas Alegres vivieron una jornada inolvidable en la Escuela Gastronómica del municipio, en compañía de sus padres. El objetivo fue claro: fortalecer los hábitos alimenticios saludables desde la primera infancia a través de la participación activa y el juego.
Esta actividad, liderada por Karol Gissel Navarrete Gallego, nutricionista del Plan de Intervenciones Colectivas (PIC) y del CDI, permitió que los pequeños exploraran el mundo de los alimentos de una manera divertida y consciente.
“Esta actividad tiene como objetivo promover la alimentación balanceada durante el embarazo y la primera infancia, mientras compartimos un espacio práctico, lúdico y significativo con las familias y los niños”, explicó la profesional.
Lechuga con sabor a aprendizaje
La dinámica consistía en preparar una receta cuyo ingrediente principal fuera la lechuga, producto cultivado por los mismos niños en la huerta del CDI. La idea era no solo aprovechar este alimento rico en fibra y agua, sino también incluir todos los grupos alimenticios, saliendo del molde de la típica ensalada.
“Era más que todo para que los niños aprendieran también la importancia y se sintieran felices, ya que muchas veces ellos se daban cuenta que esa lechuga que les poníamos en los platos era la misma que ellos cultivaban. Entonces ellos decían: ‘¡Ay, esta la hice yo!’”, contó Karol con entusiasmo.
Y no fue solo una actividad de cocina: fue una lección sobre autonomía, identidad y amor por lo que comemos. Padres e hijos se unieron para crear platos en forma de caritas, flores y otras figuras, motivando a los niños a probar lo que ellos mismos preparaban.
Buenos hábitos que nacen en casa y se fortalecen en el CDI
Karol también hizo un llamado a los padres para que sigan fomentando buenos hábitos en casa. Insistió en que comer balanceado no significa obligar a los niños a comer ciertos alimentos, sino enseñarles a incluir todos los grupos alimenticios en su dieta.
“Los papás muchas veces creen que tener buenos hábitos es obligar a los niños a comer cierto tipo de alimentos, y no. Realmente comer saludable es incluir todos los grupos de alimentos en nuestras comidas diarias”, enfatizó.
En cuanto al estado nutricional de los niños del CDI, Karol compartió noticias alentadoras: se ha logrado reducir significativamente la tasa de sobrepeso y obesidad. También explicó que los pocos casos de desnutrición están siendo tratados oportunamente, gracias al acompañamiento constante y a las remisiones al hospital cuando es necesario.
Cocinar, tocar, ensuciarse: así se aprende a comer
Uno de los mensajes más importantes de la jornada fue permitir que los niños participen de forma activa en la cocina, sin miedo a que se ensucien o jueguen con los alimentos. Este tipo de interacción fortalece su relación con lo que comen y los ayuda a superar incluso problemas de texturas.
“La invitación que yo les hago es que aprendan a conocer a los niños, que los incluyan en sus quehaceres, que los inviten a la cocina. Si se quieren ensuciar aplastando un banano, ¡déjenlos! Eso también hace parte de su aprendizaje”, dijo Karol.
La jornada terminó dejando un mensaje poderoso: sembrar hábitos saludables desde el corazón del hogar es el mejor regalo que podemos darles a nuestros hijos.