Guatapé se vistió de tradición, fe y color para celebrar una de sus fiestas más queridas: la fiesta patronal en honor a la Virgen del Carmen, una celebración que, más allá de lo religioso, se convierte en un momento de unión comunitaria, encuentro familiar y rescate de nuestras raíces.

“Tal vez en este momento de un pueblo cosmopolita con personas que llegan de diferentes regiones del país y del mundo, lo que nos queda es aferrarnos a nuestras tradiciones”, expresó Wilson Jiménez, director de Peñón de Guatapé, resaltando el valor que aún conservan estas fechas en la vida guatapense.

Una tradición que sigue viva

La devoción a la Virgen del Carmen en Guatapé se remonta incluso a los primeros años del poblado, cuando aún era conocido como el paraje de La Ceja de Guatapé. Desde entonces, la comunidad ha mantenido encendida la llama de esta celebración que, aunque ha cambiado con el paso del tiempo, sigue siendo el reflejo de una fe compartida y sentida.

En esta edición de la fiesta patronal, la comunidad respondió con entusiasmo a cada jornada de la novena, organizando altares, procesiones y actividades que reafirman el sentido de pertenencia y espiritualidad.

Participación y detalles que marcaron la diferencia

Uno de los aspectos más destacados fue la participación activa de los diferentes grupos organizados, voluntarios y vecinos, quienes, junto a la parroquia Nuestra Señora del Carmen, prepararon con esmero cada detalle.

“Todo dispuesto, bien organizado, con altares hermosos que engalanan esta fiesta patronal”, se señaló en la entrevista, resaltando también el papel de los conductores y lancheros que rindieron homenaje a su patrona, especialmente durante la peregrinación del sábado.

Y es que, como bien recordaron en la conversación radial, este año se corrigió algo muy solicitado por la comunidad: la Virgen fue cargada nuevamente por los cargueros, permitiendo así un mayor acercamiento de los fieles. “La Virgen del Carmen en su día debe ser cargada para que la comunidad la vea, para que la comunidad pueda estar cerca de ella”, se enfatizó.

Presencia episcopal y nuevos proyectos

La fiesta también contó con la presencia de líderes de la Iglesia católica. Monseñor Fidel León Cadavid, Obispo de la Diócesis de Sonsón Rionegro, visitó el municipio y compartió palabras de aliento sobre el avance en la construcción del nuevo Templo de San José:

“Pude constatar todo el desarrollo, el progreso que va teniendo con una ilusión muy grande de tener un templo muy bello… un centro especial también de Guatapé y un centro religioso para todos los fieles”, señaló.

Por su parte, Monseñor Mauricio Vélez, obispo auxiliar de Medellín y gran amigo de la comunidad guatapense, compartió un mensaje profundo de fe:

“Las fiestas patronales para Guatapé son un momento de iglesia, un momento de espiritualidad, un momento de fe… El que la comunidad se congregue en torno a Nuestra Señora del Carmen nos permite poner en el altar los gozos, las alegrías, las tristezas, los sufrimientos”.

Una fiesta para no olvidar

El Padre Samuel y su equipo pastoral también fueron reconocidos por su entrega y compromiso, al igual que todas las personas e instituciones que apoyaron desde la logística hasta la transmisión de los eventos.

Desde este espacio queremos unirnos al reconocimiento general y reiterar el llamado a no dejar perder esta tradición que nos une como pueblo, nos fortalece como comunidad y nos recuerda que en la fe también se tejen lazos sociales y afectivos.

Porque, como lo dijo Wilson:

“Esta fiesta patronal es una excusa para encontrarnos como pueblo, con nuestros familiares, con nuestros amigos, y también en la fe”.

Por Emisora