Desde hace unas semanas, en el Hotel Alto Verde de Guatapé se viene gestando una obra de gran valor artístico y cultural: un mural de 70 metros de longitud que busca narrar, a través del arte, parte de la historia de nuestra región y la vida de los arrieros que cruzaron los caminos del oriente antioqueño.

La iniciativa, apoyada por la Administración Municipal y la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico, no solo embellece un espacio del municipio, sino que también se convierte en un punto de encuentro para recordar nuestras raíces y compartirlas con quienes nos visitan.

“El medio que tenemos acá de pedagogía es un medio de enseñanza de nuestros ancestros, los abuelos y los padres de nosotros que eran arrieros…”, nos cuenta el artista guatapense Guillermo González, autor de esta gran obra, quien además lidera el proceso de investigación que da vida al mural.

Un recorrido por la historia a través del arte

El mural no es solo una pintura: es un viaje. En él se retrata el trayecto de los arrieros desde Puerto Nare hasta Guatapé, pasando por San Luis, San Carlos y San Rafael. Es una forma visual de entender cómo vivían, qué transportaban, por qué caminos transitaban y las difíciles condiciones que enfrentaban. Desde las mulas cargando mercancías, hasta los paisajes lluviosos y las fondas donde descansaban.

“Se traían pianos, campanas de iglesia, telas, herramientas… todo llegaba por el río Magdalena hasta Puerto Nare y de ahí comenzaba el recorrido por tierra”, relata Guillermo.
“Nos hemos documentado con personas que vivieron estas historias, como el papá de Don Elkin en Cuatro Esquinas, el profesor Álvaro Idárraga o el señor Luis Pancracio, para contar la verdad de lo que pasó y no caer en inventos o mitos turísticos”.

Un nuevo espacio para propios y visitantes

La idea es que este mural sea un punto obligado para los turistas que lleguen al municipio. Por eso, se ha integrado también la elaboración de zócalos y se trabaja de la mano con guías turísticos locales, incluso bilingües, para garantizar que la historia sea contada con rigor y pasión.

“Ahora, con las reformas en la pedagogía del turismo, el mural debe estar acompañado de zócalos. Y es muy importante que quien lo explique sepa de qué habla. No es solo mostrar, sino enseñar desde la verdad”, añade el artista.

Además, este espacio se abre como taller vivo de arte. Quienes quieran aprender sobre muralismo contemporáneo, el uso de pigmentos, la luz, la sombra y otras técnicas, también están invitados a participar.

¿Cuándo estará listo?

Aunque el mural ya avanza con fuerza, se estima que esté completamente terminado en unas ocho o nueve semanas. La meta es que, en máximo tres meses, esté listo para recibir a propios y visitantes, quienes podrán conocer más a fondo una parte fundamental de la historia guatapense.

Desde ya, la invitación está abierta: acércate al Hotel Alto Verde, ubicado en la salida hacia los monjes, y sé testigo de cómo el arte se convierte en memoria viva. Este mural no solo embellece un espacio, sino que rescata el legado de quienes abrieron los caminos por los que hoy caminamos con orgullo.

Por Emisora