La música tiene el poder de transformar vidas, y eso lo sabe muy bien Ninny Remache, una docente apasionada por el arte que llegó a Guatapé para compartir su talento con los más pequeños y jóvenes del municipio. Desde que pisó por primera vez este territorio lleno de color y cultura, Ninny encontró aquí un lugar para crecer, enseñar y, sobre todo, para sembrar con amor.

«Soy docente del Centro de Formación Artística, de Iniciación Musical, Estimulación Musical, profe en el CDI y también tallerista en la Banda Marcial», cuenta con una sonrisa que se nota incluso sin verla.

Un camino que empezó con el clarinete

Todo comenzó cuando estudiaba clarinete en la Universidad de Antioquia y conoció a Jennifer Rincón, actual directora de la Escuela de Música de Guatapé. A través de una invitación a participar en conciertos, se fue enamorando del municipio y de su gente, hasta que finalmente decidió quedarse.

«Fui conociendo a los chicos, el programa, y dos años después se me dio la oportunidad de trabajar en la Escuela de Música», recuerda Ninny. No fue fácil al principio. Llegó a un entorno nuevo, con muchas dinámicas distintas a las que estaba acostumbrada en Medellín. “Fue un proceso muy retador, nunca había trabajado con alcaldía, siempre en academias o de forma particular”.

Enseñar desde el cuerpo y la emoción

Uno de los sellos de Ninny es su forma de enseñar: lo hace desde el movimiento, la expresión corporal y la emoción. Cree firmemente que la música no solo se escucha o se toca, sino que también se vive con el cuerpo.

«Siempre les digo a los chicos y a los papás que me interesa mucho que interioricen la música desde su propia personalidad, desde su propio brillo», explica. Ella misma reconoce que, como clarinetista, alguna vez sintió miedo al soltarse del instrumento. Por eso ahora motiva a sus estudiantes a expresarse con libertad, más allá de una partitura.

Retos, cambios y mucho corazón

Además de su labor en la Escuela de Música, Ninny asumió el reto de trabajar en el CDI Caritas Alegres, un espacio para la primera infancia. Allí encontró un grupo de niños que ya habían trabajado con otro docente, por lo que tuvo que ganarse su confianza y adaptarlos a una nueva propuesta pedagógica.

«Ellos sentían que solo estaban jugando, pero en esas actividades lúdicas se reforzaba toda la parte musical. Fue muy bonito pero también muy retador», confiesa.

Otro capítulo importante de su historia en Guatapé es su participación en la Banda Marcial del municipio, donde pasó de trabajar con niños pequeños a jóvenes con proyección artística. “Primero estuve con las liras, luego con los platillos, y ahora también apoyo en la coreografía, escenografía y vestuario”, dice orgullosa.

La estimulación musical: un compromiso con la primera infancia

Este año, Nini asumió un nuevo e importante compromiso: liderar el proceso de estimulación musical, especialmente con madres gestantes. Un área clave en Guatapé, donde la infancia es una prioridad.

“Es impresionante todo el apoyo que tienen acá los niños y las madres gestantes. Es un trabajo muy hermoso que no se ve en todas partes”, afirma con admiración.

Visibilizar a los que están empezando

Nini sueña con que todos sus estudiantes, incluso los más pequeños, tengan la oportunidad de mostrarse en público y compartir lo que han aprendido.

«Ahorita mi reto es poder sacar a estos chicos de iniciación a un concierto, ojalá al aire libre, para que la comunidad vea su progreso», comenta. Ya están preparando una muestra musical que se realizará a mitad de año.

Un amor que se hereda

Para Nini, lo más bonito de enseñar en Guatapé es ver cómo la música se vive en familia. «Muchos niños me dicen que su mamá o su tía también estuvieron en la banda marcial. Incluso algunos quieren que los papás vuelvan a ensayar con ellos», cuenta entre risas. Ese amor que se transmite de generación en generación es lo que le da sentido a todo su trabajo.

La historia de Ninny Remache es un claro ejemplo del poder de la música para conectar, inspirar y transformar. Su entrega, su forma sensible de enseñar y su compromiso con la niñez hacen de ella una figura clave en el presente y futuro cultural de Guatapé.

Porque cuando se enseña con el corazón, la música no solo suena… florece.

Por Emisora