La comunidad de Guatapé sigue dando grandes pasos en la construcción del Templo Morada de San José, un proyecto que no solo significa una obra de infraestructura, sino también un motor para el fortalecimiento espiritual y social de este sector del municipio.

Durante los últimos días, los trabajos se han centrado en la construcción del sistema de alcantarillado, una labor vital para la base del templo. Según lo expresado por el párroco Samuel de Jesús Martínez, «estamos avanzando con el alcantarillado, una obra de carácter lógico, vital y urgente que requiere esta construcción que estamos haciendo». Gracias al apoyo de la Empresa de Servicios Públicos y la generosidad de algunos benefactores locales, este proceso está a punto de culminar.

Pero el entusiasmo no termina ahí. El padre Samuel compartió con alegría que ya se están organizando los trabajos para levantar las columnas que sostendrán la estructura. «De momento tenemos recursos para construir 17 columnas de 4 metros de altura. En total necesitamos 32 columnas, así que la invitación es a seguir sumando esfuerzos», destacó.

Cada columna tiene un costo aproximado de 1.500.000 pesos, que incluye material y mano de obra. Sin embargo, el padre no pierde la esperanza de optimizar los recursos y avanzar aún más: «Si logramos tener más apoyo, podríamos incluso superar los 4 metros de altura previstos inicialmente».

Semana Santa: un encuentro de fe y comunidad

La celebración de la Semana Santa en el sector de San José fue, en palabras del padre Samuel, «un éxito total». A pesar de las limitaciones materiales, la comunidad respondió con entusiasmo y participación activa. «De la noche a la mañana resultó con quién trabajar: lectores, acólitos, apóstoles… la comunidad se organizó sola», relató con emoción.

Incluso las adversidades climáticas, como la intensa lluvia durante la Vigilia Pascual, se transformaron en oportunidades para soñar juntos. «Nos mojamos todos, pero eso nos dejó una enseñanza: el próximo año, con la ayuda de Dios, esperamos contar con un techo que nos arrope a todos», compartió el párroco, entre risas y optimismo.

Además, como símbolo de vida y esperanza, se inició la siembra de árboles alrededor del templo, creando lo que será en el futuro un sendero ecológico que adornará este lugar sagrado.

Una obra que trasciende lo material

Más allá de la construcción física, la Morada de San José representa un impulso vital para el tejido social de la comunidad. «Este es un sector donde es urgente hacer tejido social, espiritual y familiar», afirmó el padre Samuel, recordando la importancia de fortalecer los lazos comunitarios en una zona que ha enfrentado desafíos sociales.

En su mensaje final, el párroco expresó su profunda gratitud:
«Seguimos caminando juntos. Si a veces parezco insistente en pedir o gestionar, créanme que es solo porque queremos sacar adelante esta obra tan titánica, sin descuidar la pastoral, el asilo, la casa Pan y Vida ni ninguna de las responsabilidades parroquiales».

Un llamado a seguir construyendo juntos

El avance en la Morada de San José es, sin duda, un testimonio vivo de lo que se puede lograr cuando una comunidad se une con fe, amor y compromiso. Aún queda camino por recorrer, pero cada aporte, cada esfuerzo, suma en este sueño colectivo.

La invitación queda abierta para todos aquellos que quieran poner su «granito de concreto» en esta obra que será, sin duda, un orgullo para toda Guatapé.

Por Emisora